Resumen

Pablo Pérez Sánchez es ante todo un docente universitario a carta cabal. Médico en su formación inicial, doctorándose en medicina y cirugía por la Universidad de Navarra, educador y filósofo también de profesión, pero sobre todo por profunda convicción de la mente y el corazón en el sentido de Dietrich von Hildebrand sobre esto último -es decir- como afectividad orientada a la acción del bien y hacia la trascendencia. El doctor Pablo Pérez actualmente comparte la investigación y la enseñanza, contribuyendo a la formación humanista de varias generaciones de estudiantes de la Universidad de Piura a través de sus publicaciones y la cátedra.

Sobre el autor

Pablo Pérez Sánchez es ante todo un docente universitario a carta cabal. Médico en su formación inicial, doctorándose en medicina y cirugía por la Universidad de Navarra, educador y filósofo también de profesión, pero sobre todo por profunda convicción de la mente y el corazón en el sentido de Dietrich von Hildebrand sobre esto último -es decir- como afectividad orientada a la acción del bien y hacia la trascendencia. El doctor Pablo Pérez actualmente comparte la investigación y la enseñanza, contribuyendo a la formación humanista de varias generaciones de estudiantes de la Universidad de Piura a través de sus publicaciones y la cátedra.

Acerca de la obra “Docencia Universitaria”

“Docencia universitaria” es un texto escrito desde el profundo convencimiento que brinda la experiencia, a consecuencia de intensa vida académica vivida con la fe en Dios y confianza en la transformación para bien de la persona y de las sociedades que la conforman. En sus cuatro capítulos, el autor desborda conocimiento del sistema universitario nacional y global, reconociendo en ellos sus potencialidades, y al mismo tiempo advirtiendo de las profundas limitaciones, principalmente aquellas que retrotraen a la persona en su voluntad, su creatividad y su sentido auténtico de humanidad.

El libro es publicado por la Universidad de Piura, y salió a la luz en octubre del presente año, el último de metodológica de la filosofía cuyo máximo representante es Tomás de Aquino, a la cual también me adscribo, y hago manifiesta en mi escrito “Filosofía que debe permanecer en la educación actual” (2014).

En relación a lo anterior, desde la introducción el autor pone de relieve que, suele pensarse acerca del cambio que tienen las instituciones con el tiempo -ante lo cual la universidad no es la excepción- sin embargo, si se asume tajantemente este criterio se tendría, como manifiesta don Pablo, “un concepto de universidad ocasional”, pero él asume “la existencia de algo común en la universidad que ha recorrido toda la historia”, indagando por “postular un concepto de universidad que resista los cambios sociales, que permita hablar de una estructura o de una esencia de la universidad (…)” (pp.5-6). Es, sin duda, un audaz planteamiento en un contexto en que se asume áulicamente y sin criterio alguno una constante ‘actualización’ más entendido como moda fashion en vez de atender objetivamente a las situaciones necesarias de los actuales contextos.

A continuación, se presentan algunas ideas que considero claves de lectura teniendo como hilo conductor el recorrido de los cuatro capítulos que presenta el libro.

Funciones de la universidad

Este es el título que corresponde al primer capítulo, el más breve, donde el doctor Pablo Pérez Sánchez argumenta la relación que debe haber entre docencia e investigación en la universidad, así como reflexiona en torno a la orientación o perspectiva que asume la universidad, incluso más allá de las contextualizaciones históricas.

El autor del libro es consciente que toda actividad humana debe estar en función del criterio de perfeccionamiento a lo largo de su ejercicio y en el caso de la universidad dos actividades son cruciales: la enseñanza y la investigación. Manifiesta el autor de “Docencia universitaria” que en la universidad contemporánea muchas veces se ‘enseña a investigar’ sin realizar ella misma investigación o propiciar el ambiente y situación adecuada para que los docentes investiguen. Esto genera a priorizar las técnicas investigativas por sobre los auténticos aportes que la investigación debe generar, y considera como un ‘peligro actual’ el que sea dirigida en su orientación y organización desde los intereses políticos y económicos gubernamentales, que solo “separan al investigador de una auténtica búsqueda de la verdad que desea alcanzar, para transformarse en un productor pendiente del mercado” (p.15).

Es necesario investigar sobre las necesidades sociales de las personas, pero esta realidad no puede de ninguna manera sesgarse desde la búsqueda del conocimiento y el alcance de la verdad, con sentido ético. En efecto, sabe muy bien el doctor Pablo Pérez que “La universidad ha de formar la élite de la intelectualidad, y para ello es indispensable la unión entre investigación y docencia” (p.20). Sin embargo, conociendo el sistema universitario nacional y sus superficiales ideas de lo que es la investigación y la enseñanza, el autor menciona que actualmente esto hace que “el profesor universitario es sobre todo un repetidor de conocimientos que utiliza las técnicas de moda para exponerlos. Que no vive lo que explica, pero que se esfuerza por hacerlo bonito y grato. Que no se mete en la profundidad de los problemas, sino exclusivamente en aquella superficialidad que pueden entender fácilmente los alumnos” (p.21) ¡Qué gran verdad con tanta precisión y claridad expresada por don Pablo Pérez! más aún un sistema universitario que muchas veces exige no que el estudiante realmente aprenda, sino que apruebe, aun ni sabiendo lo básico.

Concluyo el comentario de este capítulo en torno a la idea que ambas acciones enseñar e investigar son necesarias en el quehacer educativo universitario, el docente y el investigador deben confluir en el quehacer universitario, pero ambos no deben olvidar su orientación y su relación con la verdad, uno “intenta alcanzarla” (el investigador) mientras que el otro (el docente) “intenta comunicarla” y lo ha de hacer con meridiana claridad, pero sin ambages.

Lo s integrantes de la universidad

En el capítulo segundo, don Pablo Pérez reflexiona acerca de los tipos de profesores y lo que es y ha de ser el estudiante universitario.

El autor del texto distingue entre el profesor universitario educador y el profesor universitario investigador, por lo que en el contexto nacional la mayoría de las universidades enfatizan en el quehacer docente más que investigativo, interesándose en formar profesionales en función del mercado en vez de élites intelectuales realmente capaces de investigar para dar solución a los cruciales problemas humanos. La priorización del profesor universitario docente centrado sólo en la enseñanza acontece también por lo costoso y largo que resulta la formación del profesor universitario investigador, y el ejercicio que implica.

Sin embargo, lo propio de la universidad es la presencia de un profesor estudioso e investigador, mas no la de un educador que sería lo propio del profesor de educación básica regular. En efecto, cabe distinguir, que para un profesor universitario educador su fin principal es el rendimiento de los estudiantes mediante la didáctica por lo que la “mayor parte de su tiempo lo dedica a preparar clases y a darlas”, esto hará que el estudiante universitario se preocupe más en aprender o aprobar asignaturas en vez de realmente acceder a un pensamiento crítico, de mayor abstracción y con capacidad de resolver los problemas mediante la observación, la crítica y la investigación, cualidades que las suscita un profesor universitario que realiza propiamente investigación, y cuyas sesiones de aprendizaje van más allá de los manuales universitarios.

Cada tipo de profesor universitario tiene sus propias virtudes y actitudes, su propio perfil. Pero, resalta don Pablo Pérez que cuando los objetivos pedagógicos e investigativos se determinan por intromisión gubernamental “propuestos por el simple interés en la realización de unos objetivos decididos en unas mesas de despacho, donde se piensa con superficialidad en ambos objetivos, comprenderemos las enormes dificultades para una verdadera dificultad” (pp.35-36).

Palabras que expresan lo que realmente acontece en los criterios gubernamentales generadores del sistema universitario peruano preocupado más de las veces, y para bien, en la calidad formal pero dejando de lado las situaciones de fondo, lo que constituye un reto para las universidades que, dándose cuenta de ello, buscan ejercer un quehacer universitario guiados por la noción de calidad integral, que al mismo tiempo respetando las formas exigidas por el sistema- apunten en perspectiva a la superación de las mismas, formando no sólo profesionales expertos en una rama del saber, sino personas capaces de asumir su profesión como realización personal junto a y para los otros, asumiendo que la calidad de vida va más allá de los ingresos económicos que con su profesión pueda obtener.

El contexto universitario

Tanto el tercer como el cuarto capítulos pueden ser sintetizados bajo este subtítulo como apartado de la recensión puesto que hace referencia al “Ambiente universitario” (cap. III) y a “Universidad y sociedad” (cap. IV).

De antemano el autor del texto considera que “El ambiente de una universidad debe ser aquel que propicie la investigación y el estudio, tanto en el profesorado como en los alumnos, lo que se va enraizando en una tradición de investigación y enseñanza en la que se basa el prestigio de la institución” (p.41) obviamente sin dejar de lado la vivencia ética que ambas acciones del quehacer universitario exigen. Por lo que autor de “Docencia universitaria” enfatiza que el perfil del auténtico docente universitario ha de ser “El amor por la investigación y la ilusión por profundizar en el saber” (p.43) donde se encuentre presente al mismo tiempo las exigencias tanto intelectuales como éticoaxiológicas.

El docente universitario, preferentemente ha de tener actitud investigativa, ha de ser creativo, con dominio de la materia que explica, fuerza de carácter y necesaria laboriosidad, refiere acertadamente don Pablo Pérez, y que sea -además- capaz de orientarse por un razonamiento superior, es decir, más allá de las mezquindades ideologizadas y/o politizadas, siendo su norte de interpelación la consecución de la verdad y la solución objetiva de una determinada problemática teórica o práctica de su ámbito de saber. Estas cualidades permitirán generar un adecuado ambiente en el alumnado universitario, un ambiente sano que no dogmatice ideológicamente sino en que prime el amor por el estudio, la investigación y la cultura, siendo capaz de observar a profundidad la realidad y se tenga una actitud crítica constructiva y de compromiso responsable.

Por otro lado, el doctor Pablo Pérez, respecto a la relación entre universidad y sociedad, afirma: “El papel que la universidad cumple en la sociedad es muy relevante. Depende de ella la altura intelectual de los ciudadanos, al igual que el nivel y la profundidad que puedan alcanzar en el ejercicio de la profesión y los más diversos aspectos de su conducta” (p.71). En efecto si las instituciones educativas, y más aún la universidad no cumplen su rol esencial, la sociedad fenece en la barbarie, la novedad de los métodos y de las formas sistémicas no deben ahogar la tradición que brinda la característica esencial de lo que es la universidad.

Finalizo esta recensión, agradeciendo profundamente a don Pablo, por los hondos y bien planteados pensamientos en torno a la docencia universitaria que me han permitido, y de seguro, lo harán con todo académico que se acerque a esta obra, revalorar el propio quehacer en la función que se desempeñe en la universidad. “Docencia Universitaria” del doctor Pablo Pérez Sánchez es una obra de ineludible lectura para comprender lo que es la universidad, y a atender los nuevos retos que la sociedad actual le propone.

Referencias

Pérez-Sánchez, P. (2019). Docencia universitaria. Piura: Fondo Editorial de la Universidad de Piura.

Pérez-Sánchez, P. (2015). Una teoría educativa. Vol.1 y Vol. 2. Piura: Fondo Editorial de la Universidad de Piura.

Reluz-Barturén, F. (2014). Filosofía que debe permanecer en la educación actual. Lima: Instituto de Investigaciones para la Paz, Cultura e Integración de América Latina.

Von Hildebrand, D. (2005). El corazón. Un análisis de la afectividad humana y divina. Madrid: Ediciones Palabra.

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