Resumen
Es urgente tomar conciencia para restablecer y proteger el ambiente, debido a la magnitud de la destrucción ambiental a nivel mundial que ha producido el propio ser humano al dejarse llevar por una cultura de consumismo y descarte, sin considerar las consecuencias a futuro para las próximas generaciones. El ambiente es considerado un determinante de la salud, por ello es importante incorporarlo en el estudio de los profesionales de enfermería, siendo pertinente utilizar los principios de la ecopedagogía durante su formación puesto que se enfoca no solo en la educación ambiental, sino que incluye la visión de desarrollo sostenible, es decir cuidar el ambiente y aprovecharlo de manera razonable, para mejorar las condiciones de vida de las personas. Con este ensayo se pretende reflexionar y analizar la importancia de la ecopedagogía para la formación en bioética ambiental de los futuros profesionales de enfermería.
Abstract
It is urgent to become aware to restore and protect the environment, due to the magnitude of the global environmental destruction that human beings have produced by allowing themselves to be carried away by a culture of consumerism and waste, without considering the future consequences for the next generations. The environment is considered a determinant of health, therefore it is important to incorporate it in the study of nursing professionals, being pertinent to use the principles of eco-pedagogy during their training since it focuses not only on environmental education, but also includes the vision of sustainable development, that is, taking care of the environment and making reasonable use of it to optimize the life circumstances of human beings. This essay aims to reflect on and analyze the importance of eco-pedagogy for the training in environmental bioethics of future nursing professionals.
Keywords: Bioethics, environment, environmental health, Nursing Education. Decs / Mesh Terms
Introducción
En todo el mundo, la salud humana se ve sustancialmente afectada por el estado del ambiente y su degradación generada por una cultura de descarte, esto tiene un impacto desproporcionado en las personas. Es impresionante como en pleno siglo XXI, más del 25% de la carga de enfermedad mundial es atribuible a las exposiciones ambientales (Forouzanfar et al., 2016).
Actualmente, las enfermeras se encuentran en una posición única para enfrentar los efectos sanitarios que ocasiona la contaminación del aire al interior de la vivienda causada por la exposición a los fogones para cocinar, que hace diez años causó aproximadamente 3,5 millones de muertes en el mundo (Lim et al., 2013).
Ante esta situación la profesión de Enfermería esta llamada a la acción adoptando la responsabilidad ambiental en su actuar bioético. Pero, la escasa formación en los programas de pregrado para fomentar la conciencia ambiental hace que sea un imperativo la implementación de la Bioética ambiental. No obstante, si esto se incluyera dentro de los planes de estudio, permitiría sensibilizar y capacitar a los egresados de enfermería para reconocer y responder ante los problemas ambientales y sus efectos en la salud (Pope et al., 1995). En consecuencia, Sarmiento (2013) propone la necesidad de conmover a los profesionales de enfermería y de otras carreras a una mayor actualización del dominio ambiental; pues los impactos en la salud por el cambio climático, la calidad del agua y del aire, así como la exposición a sustancias químicas tóxicas generan problemas de salud que los enfermeros deberían prevenir y saber afrontar.
Además, Camacho (2019), sostiene que la bioética ambiental ha sido considerada sustancial por las organizaciones de enfermería, por lo que debe estar inmerso en su desempeño profesional. Para ello, es necesario tener formación en bioética ambiental con el fin de potenciar su actuación en la salud ambiental, en los tres niveles de prevención de la enfermedad, el cumplimiento normativo y el compromiso ambiental dentro de los sistemas de atención de salud. Para tal propósito, surge la Ecopedagogía, que, según Sarmiento (2013) no solo involucra la educación ambiental, sino también la interacción entre educación ambiental, desarrollo económico y progreso social. Además, incide que no solo se trata de proteger el paisaje, sino la vida de los seres que la habitan, y que los recursos naturales sean aprovechados de manera racional para las mejores condiciones de vida.
En consecuencia, es necesario, reflexionar y analizar sobre la relevancia que puede tener la ecopedagogía para la formación bioética ambiental en los futuros profesionales de enfermería, con la finalidad de que tácitamente los egresados hayan adquirido conciencia ambiental, sean agentes de cambio y promotores del cuidado ambiental en su vida personal, familiar, comunitaria y laboral; de tal modo que en cualquier ámbito promuevan recomendaciones específicas a nivel de políticas institucionales y comunitarias. Por ello, se estima que, para fomentar conciencia ambiental, los estudiantes de enfermería deben tener experiencias significativas durante su formación universitaria, por ejemplo, planificar y ejecutar proyectos de campo en comunidades rurales y de extrema pobreza donde desarrollen programas sostenibles en el tiempo, brindando herramientas para una adecuada gestión de sus recursos naturales con el fin de que la comunidad beneficiada valore, proteja y cuide su hábitat natural.
Desarrollo
En la actualidad se proponen diversas corrientes filosóficas frente a la ecología, llamadas también ecofilosofías. Estas propuestas se basan en la relación entre la persona, la tecnología y el ambiente: Tecnocráticas, negando el valor de la naturaleza y reconoce únicamente el valor del individuo, se basa en dos líneas muy presentes en la actualidad: Individualismo y utilitarismo. Biologistas, niegan el valor del ser humano y afirman el valor de la naturaleza en su conjunto. Se sustenta en que el origen de los peligros ambientales es el antropocentrismo, es decir la ubicación del hombre en el centro y la consideración moral. Personalismo, el ecopersonalismo entiende que los bienes de la naturaleza son primariamente bienes sociales, y todos tienen derecho a acceder. Establece una correspondencia armoniosa entre el hombre y la naturaleza, pero sustentado en una igualdad de condiciones entre todos (Yacarini, 2010).
Desde la perspectiva de Aristóteles, la ética ambiental debe responder a las personas cultivando su naturaleza innata, especialmente el respeto mutuo por llevarse bien con la naturaleza en general, y con las otras personas incluidas las futuras generaciones. Las dimensiones temporal y espacial de la ética ambiental muestran que la urgencia actual de educar a todos los seres humanos, no es solo utilizar el patrimonio mundial de manera responsable, sino también protegerlo en beneficio de las próximas generaciones. Estos conceptos de unidad y responsabilidad en el tiempo y el espacio son los pilares de nuestro tiempo (Agius et al., 2010).
En una conferencia internacional, la Carta de Belgrado de 1975 estipuló claramente la comprensión de la relación entre los problemas ambientales y la moralidad humana y la responsabilidad educativa, que estipuló el objetivo de la educación ambiental global. El enfoque está en la toma de conciencia, y la necesidad de ayudar a las personas y los grupos sociales a aumentar la sensibilidad, apropiarse del conocimiento, cambiar actitudes y conquistar la necesidad de habilidades de evaluación y participación. Para ello, es indispensable contar con los medios de comunicación. Asimismo, los programas educativos deben utilizar la educación ambiental como una herramienta para informar, divulgar y capacitar a la sociedad sobre el cuidado y las medidas para la protección al medio ambiente, además, esta característica se ve respaldada por el derecho que gozan los ciudadanos a vivir en un medio seguro, asumiendo a su vez el deber y compromiso de mantenerlo en buenas condiciones (Sarmiento, 2013).
Sin embargo, no existe un modelo académico que pueda despertar el interés de las personas por el desarrollo sostenible, y no existe un modelo académico de educación ambiental que busque cambiar las actitudes y comportamientos en la comunidad civil y los profesionales (Alvares, 2009). El nuevo ciudadano ambiental planetario, debe ser formado bajo los preceptos fundamentales del desarrollo sostenible, con conciencia social, ambiental y cultural, hacia un verdadero sentido de pertenencia hacia la madre tierra, de la cual el ser humano es parte (Marín, 2019). Asimismo, la huella de la educación ambiental a nivel mundial también ha tenido un impacto positivo en la concienciación de los estudiantes (Pulido & Olivera, 2018). Como aquellas universidades que tienen la responsabilidad ineludible de resolver los problemas ambientales, además del paradigma de la sostenibilidad también se refleja la práctica universitaria, que no solo muestra el papel de la ecologización curricular y la gestión ambiental, sino que también refleja la responsabilidad social (Alba, 2017).
La responsabilidad ambiental no solo significa la intención proteccionista del espacio verde, sino lo más importante, tomar acciones concretas para crear escuelas basadas en las ideas de aprendizaje ecológico y humanístico. Por tanto, como un mecanismo de acción, algunos recurren a las 3r básicas de la ecología (reducir, reciclar, reutilizar), agregando después (redistribuir o restaurar) lo que fue dañado. Par ello, es necesario el desarrollo interdisciplinario de los valores bioéticos que propone la Ecopedagogía (Sarmiento, 2013).
En este momento, la educación ambiental se considera la forma más efectiva de concienciar a las personas sobre la necesidad de proteger el medio ambiente, con el fin de lograr una mejor calidad de vida para las generaciones presentes y futuras (Severiche, Gómez, & Jaimes, 2016). La educación ambiental, se presenta como la punta de lanza en la formación de un ciudadano con conciencia ambiental, que permita minimizar y en algunos casos mitigar los impactos negativos al ambiente, de allí que la Ecopedagogía como paradigma emergente, se perfila de importancia fundamental, y se presenta como la alternativa real para la creación del nuevo ciudadano ambiental planetario, en sustitución de la educación ambiental tradicional (Marín, 2019).
La Ecopedagogía va más allá de la pedagogía que se enfoca en promover valores y principios entre docentes y estudiantes en el medio ambiente, es un movimiento social y político que ha llevado a una interpretación global y sistemática de la relación entre los humanos y con los demás elementos biológicos y no biológicos de la naturaleza (López, 2017). El desafío de la Ecopedagogía se considera el elemento básico del proceso de formación universitaria, transformando así la práctica docente para hacer frente a la competencia mundial en un entorno en constante cambio y una amplia gama de realidades ambientales (Fuentes & Gonzáles, 2016).
De este modo, la Ecopedagogía, promueve la creación de una cultura ambiental que estimule cambios estructurales en el comportamiento y los valores a nivel individual y en el colectivo, que se evidencien en actitudes y estilos de vida efectivamente equilibrados; viendo en la educación la pieza clave para lograr este objetivo. También, aprender a tomar decisiones a largo plazo que integren la economía, la ecología y el desarrollo es un gran desafío. En sí, se puede considerar estos como los elementos básicos para gestionar los problemas ambientales locales, regionales y globales (Sarmiento, 2013).
En los Estados Unidos de América, el University Collaboration Project en Washington, D.C. ha sido rescatado al intentar establecer un espacio de aprendizaje global para movilizar y "empoderar" a los centros de educación universitario para promover el desarrollo sostenible. El propósito de la organización es establecer una asociación de líderes que promuevan el desarrollo sostenible con los temas de integridad ecológica, justicia social y económica, democracia, no violencia, paz, responsabilidad ambiental y estilos de vida sostenibles (Sarmiento, 2013).
Nueva Zelanda ha perfeccionado un plan para convertir el desarrollo sostenible en un tema educativo, que propone el diseño ecológico y participativo del medio ambiente natural, prácticas de conservación, principios de organización democrática e integración curricular en temas ambientales. Existen comunidades que tratan de lograr una comprensión de la prosperidad a través de la reactivación de ecosistemas que se encuentran en el marco de las escuelas ambientales, estos ecosistemas son parte de la producción de agua limpia y energía, y son ricos en biodiversidad. Taiwán fue sede del Programa Escuela Verde, con la participación de más de 3.000 instituciones educativas (Sarmiento, 2013).
Frente a lo antes mencionado, enfermería cuida no solo a la persona sino también a la familia y comunidad, ¿Qué podrían realizar las enfermeras para mejorar la salud de las familias en las comunidades rurales? En primer lugar, las enfermeras “visitan a los pacientes en el hogar y allí obtienen conocimientos de primera mano, y las amenazas ambientales suelen ser extremas” (Pope et al., 1995, p. 2, 13). Las enfermeras también son el grupo más grande de profesionales de la salud en el mundo y, por lo general, son el punto de partida y el único punto de contacto para las personas pobres marginadas que necesitan atención médica; pero ¿qué pasa con las enfermeras que deben enfrentar problemas ambientales y su profunda amenaza a la salud? (Thompson, 2014).
No obstante, se debe explorar la imperante necesidad de formar enfermeras ambientales para que sean capaces de detectar, prevenir, mitigar y adaptarse a los factores ambientales a nivel sanitario y comunitario. También es importante señalar que las acciones de enfermería no solo deben limitarse a su actuación en la práctica profesional, sino que deben extenderse a su vida diaria para promover directa o indirectamente la protección del medio ambiente a través de sus acciones y prevenir enfermedades relacionadas con el medio ambiente (Camacho, 2019).
Las enfermeras tienen un papel clave en la educación, la práctica y la investigación para producir actuaciones que mejoren la salud ambiental (Pope et al., 1995). Por ejemplo, Thompson (2014) informó que el consumo de gas licuado de petróleo en la cocina es crucial, no solo para reducir el consumo de combustible, sino también para el aspecto más importante: evitar que los niños y las mujeres sufran enfermedades relacionadas con la contaminación del aire en sus hogares, que incluye bajo peso al nacer, neumonía, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cataratas, entre otros.
En ese sentido, la práctica de salud ambiental comunitaria con algunos estudiantes de enfermería de la Universidad Católica Santo Toribio Mogrovejo (USAT), ha permitido sensibilizarlos hacia una conciencia ambiental; mediante esta experiencia trabajan con las familias rurales de la zona de amortiguamiento del Santuario Histórico del Bosque de Pomac, quienes son las principales beneficiarias de proyectos de cooperación internacional, estando inmersas en un proceso de desarrollo rural sostenible, puesto que, realizan actividades productivas como: ecoturismo, ganadería, apicultura, etc. Con el propósito que esta comunidad pueda mejorar su situación económica y contribuir a la sostenibilidad ambiental llevando a cabo actividades como la reforestación, de esta forma se estaría haciendo frente al problema de la tala ilegal de árboles y su compra – venta.
En este contexto los estudiantes de enfermería desarrollan en las familias prácticas saludables disminuyendo los riesgos ambientales mediante incentivando al consumo de agua segura, mejora de la calidad de aire intradomiciliario mediante el uso de gas para cocinar en el hogar, higiene en el uso de baños con biodigestor, etc. esto a través de visitas domiciliarias, educación en salud mediante talleres, concurso de vivienda rural saludable, entre otras. Destacando que los estudiantes empiezan a valorar el trabajo interdisciplinario, integrándose hacia un mismo fin: la mejora de las condiciones de vida de las personas como derecho y aporte bioético en su actuar profesional.
Este trabajo trascendió realizándose un interesante intercambio de estudiantes de enfermería de la Washington State University, por tres años consecutivos, nos visitaba una delegación de aproximadamente 10 personas entre docentes y estudiantes a realizar prácticas en salud ambiental comunitaria, con nuestras estudiantes en zonas rural enfocándose reducir los riesgos ambientales en el hogar, dentro de una zona donde previamente se ha ejecutado proyectos para el desarrollo rural, por lo que incluíamos además la reforestación y dábamos seguimiento y monitoreo a programa de vivienda rural saludable. Cabe indicar que este año por la pandemia no se realizo dicha actividad.
Ante esto, es necesario que la formación de enfermería se tenga una visión del desarrollo sostenible, liderazgo y capacidad de trabajo de campo, para realizar coordinaciones, y trabajar de la mano con la comunidad, en pro de su salud. Siendo fundamental el cuidado del hábitat, es decir de su ambiente, donde se utilice con conciencia los recursos naturales. Los pobladores pueden utilizar los recursos naturales, pero a su vez cuidarlo, protegerlo, como en el caso de la zona de amortiguamiento del Bosque de Pomac donde las estudiantes de enfermería han realizado prácticas en la zona de intervención de Centro ECO (ONG ambientalista) y se ha logrado crear conciencia ambiental en la comunidad, con ello controlan la tala de árboles, evitando la desertificación.
Frente a ello, se recomienda examinar las estrategias pedagógicas utilizadas en la educación de la salud ambiental comunitaria que integren el desarrollo económico y social según los estudiantes que participaron en la experiencia de salud ambiental comunitaria; además evaluar la conciencia ambiental reflejados en prácticas ambientales de los estudiantes que participaron en la experiencia; que permita proponer un modelo de Ecopedagogía para la bioética ambiental de estudiantes de enfermería generando una conciencia ambiental en la profesión.
Conclusión
La ecopedagogía en la formación para la bioética ambiental de los futuros profesionales de enfermería, es sumamente importante para lograr conciencia ambiental con visión de desarrollo sostenible, ser agentes de cambio y promotores del cuidado del ambiente en su vida personal, familiar, comunitaria y laboral; de tal modo que en su desempeño profesional promuevan recomendaciones específicas a nivel de políticas institucionales y comunitarias. Para ello, los estudiantes de enfermería deben tener experiencias significativas donde desarrollen programas sostenibles en el tiempo, y la comunidad valore, proteja y cuide su hábitat natural, y sepa gestionar sus recursos naturales.
Si bien es necesario concienciar a las personas sobre la protección de los recursos naturales y el desarrollo sostenible, la mayoría de los estudiantes de enfermería del mundo aún no han recibido una educación ambiental consistente y responsable con los requisitos actuales. En contraste con la iniciativa global de Ecopedadogía, hay una falta de pautas educativas nacionales sobre el tema, marcos curriculares estrictos en la enseñanza tradicional y una enorme desinformación social y pública.
Se recomienda fomentar prácticas comunidades rurales e indígenas, que se integren a la ejecución de proyectos con ONGs ya que cuentan con presupuestos y experiencia, además del trabajo interdisciplinario, donde se pueda tratar los problemas más sentidos de la sociedad, se involucre a la comunidad y en conjunto se desarollen proyectos quye favorezcan su ambiente, económia, y sobre todo su salud.
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