Reflection on health care from the philosophy of Martin Heidegger

Cecilia Ixel Mazatán-Ochoa⁺⁻
Yaneth Guadalupe Acosta Valencia⁺⁻
Raúl Fernando Guerrero Castañeda⁺⁻

https://orcid.org/0000-0002-3656-3986

Care Philosophy Heidegger

Abstract

Health care is inseparable from the person himself. However, just as each person has a different perspective on the world, so does this health care, which can come from oneself or from another (such as nursing staff). In such a way that in this individuality the importance of reflecting on health care is highlighted from the philosophy of Martin Heidegger, who through phenomenology will be able to reveal that care or Sorge revealed from the person himself, to build with this better specific health care, either provided by oneself (self-care) or by another being in the world (nursing).

Abstract

Keywords: Care, philosophy, Heidegger

Introducción

El ser humano para poder mantenerse en el mundo requiere del cuidado en diversos aspectos de su vida, su contexto y su propia persona. Este cuidado que puede ser un aspecto genérico de la humanidad puede tener también una visión profunda en cada persona. Y es aquí, donde radica el auge, que en los últimos tiempos se ha generado dentro de la investigación en enfermería, con un aumento en estudios cualitativos y especialmente con el enfoque fenomenológico.

Ya que, surge la inquietud de comprender mejor a la persona, así como describir, interpretar y develar el significado de la experiencia humana tal y como sucede, principalmente con el objetivo de brindar un cuidado de mayor calidad en aquello que solo la persona que lo vive puede mostrar.

Lo que lleva a descubrir el fenómeno del cuidado, con la capacidad de develarse desde la fenomenología, incluso desde diversas visiones y disciplinas, como en el ámbito social, político, de seguridad, de salud, jurídico, económico, etcétera. Y aunque cada uno es importante, en el presente artículo se consideró el cuidado de la salud desde la disciplina de enfermería a través de la reflexión en la fenomenología de Martin Heidegger. Ya que, para este filósofo, el cuidado del ser es inherente al “estar ahí", y es mediante este cuidado que se hace posible el “estar en el mundo”, lo que se traduce en un cuidado integral de la persona, el cual es inherente a la salud.

De ahí la importancia de la temática de reflexionar en el cuidado de la salud, puesto que es parte del mismo ser humano, como aquel instinto de supervivencia, pero que a pesar de ser algo innato en la persona, hay quienes aún van en contra de este cuidado en sí mismo, lo que se traduce en un déficit de su propia salud. Lo anterior, se presenta como uno de los mayores retos en la enfermería y en especial en el cuidado de la salud pública, por lo que se requiere hacer una reflexión profunda de este cuidado de la salud.

Teniendo en cuenta aquellas premisas de la fenomenología de Heidegger que pueden sustentar el cuidado de la disciplina de enfermería, como la relación entre las personas dentro de un determinado contexto y la idea de que se pueden vivenciar fenómenos semejantes por diferentes seres o personas en una forma de intersubjetividad, se puede pensar en que la fenomenología de Heidegger aporta a la comprensión del otro en una relación recíproca en el mundo ⁽³⁾, es decir, que a pesar de que el cuidado de la salud es un fenómeno que se puede experimentar de manera similar por diferentes individuos, cada uno en su vivencia determinará las decisiones que deba tomar a este respecto, además de que el cuidado se constituye como la esencia del ser en una relación cotidiana de ser con el otro.

Así mismo, dentro de lo que Heidegger denomina fenomenología, esta es proyectada en términos de un “cuidado” o “preocupación”, a lo que llama: Sorge ⁽³⁾. Esta palabra en alemán es traducida al español como: “cura”, sin embargo, en este idioma esa palabra tiene diferentes connotaciones, pues como profesión, como elemento de salud o como substancia no refleja su significado propiamente, sino tomándolo como “cuidado”, específicamente en esta traducción. Lo que impacta directamente en la disciplina de enfermería, al ser la que proporciona el cuidado y ayuda a que este se dé en cada individuo de manera particular en sentido de su propia ocupación y sentido de ser en sus modos de vida, es decir, es aquella que profundiza en el cuidado de la salud, dicho desde los conceptos de Heidegger, su objeto de aplicación es el Sorge.

Entonces, se puede decir que es con este cuidado que el ser permanece en el existir de sí mismo y en el “estar ahí”. Lo que alude el filósofo como que “el ser mismo del Dasein debe mostrarse como Sorge”. Y es en el cuidado de la salud, que ésta se puede preservar mediante los cuidados biológicos, psicológicos, sociales y espirituales. Es decir que el Sorge que es el ser en su existir, es su expresión de preservación y preocupación de su propia salud, en su existir es quien le ayuda a preservar y mantener su propia salud.

De tal manera que es por lo anterior, que Heidegger y su filosofía ayuda a dirigir en su visión del ser, este cuidado que siendo parte del ser y aunado al llamado Sorge o cuidado, forman una reflexión en la que se debe profundizar, puesto que en la persona misma se encuentra esa respuesta que mediante el pensamiento de Heidegger podrá dar respuesta a una mejora en ese cuidado de la salud de cada persona.

Desarrollo

Sorge como Cuidado del Ser.

A lo largo de la vida y desde que los seres humanos nacen, nace con ellos el instinto mismo de la supervivencia, la cual es inherente al cuidado. Este cuidado surge de lo profundo de cada ser, para seguir conservando la vida en un conjunto de actos conscientes para ser, pero también es una labor de los profesionales de enfermería en el estar ahí, con la conciencia de ese otro ser en el mundo en una relación de alteridad ⁽⁴⁾, que construye el cuidado, no solo personal, interpersonal, en general, el cuidado del mundo, en el cual el ser está arrojado.

Pero es importante resaltar que, en el cuidado personal, este ser debe mantener un equilibrio del cuidado de cada dimensión que lo integra, es decir, para lograr el cuidado de la salud se deberá contemplar en su cuidado biológico, psicológico, social y espiritual, es decir un cuidado holístico de la persona, donde se puede ver dentro del cuidado biológico, aquello que pueda alterar su organismo tanto de manera funcional como estructural, donde entra la prevención de la aparición de enfermedades o accidentes y el mantenimiento de la salud a pesar de la presencia de algunos de ellos. Desde la filosofía de Heidegger se puede reflexionar en aquella interpretación tempórea del cuidado al estar‐en‐el‐mundo ocupándose de él, o bien, esa temporalidad del poder‐estar‐entero del Dasein, que revela la conexión de muerte, culpa y conciencia, enraizada en el cuidado ⁽²⁾ y que con el Sorge se sostiene en el estar-en el mundo.

En el cuidado psicológico, se integran los elementos del pensamiento de la persona, sentimientos y emociones, que depende de las condiciones en las que se desarrolla la existencia de los individuos (felicidad, respuestas emocionales positivas y limitadas emociones negativas, así como la satisfacción con la vida) ⁽⁵⁾. Abordando esto desde el apartado de la finitud donde Heidegger describe que esta, cuando es asumida, sustrae a la existencia de posibilidades de bienestar que lleva al Dasein a la simplicidad de su destino y ser libre para el cuidado y sentido de ser, le confiere su finalidad plenaria, pues hace entrega de sí mismo a sí mismo en una posibilidad que ha heredado, pero que también ha elegido ⁽²⁾.

Ahora bien, en el cuidado social, al ser un concepto multidimensional, se deberá buscar su desarrollo en diferentes áreas como: salud, agua y saneamiento, vivienda y servicios básicos, trabajo y empleo, educación, cultura, ocio y recreación, seguridad, convivencia y participación social, entre otros ⁽⁶⁾. Es decir, el desarrollo de su rol familiar y laboral, actividades que fortalezcan sus relaciones amistosas, grupos sociales, deportivos o convivencias de ocio. Uno de los modos de cuidado en la cotidianidad se da por la coexistencia y el coestar, la comprensión de mí en el otro. Lo que convierte entonces es reflexionar en la relación del ser para con otros, en la proyección “a otro” del propio ser para consigo mismo, es decir, que el otro es un “doblete” del sí‐mismo ⁽²⁾, una proyección de sí mismo en el otro, aunque no totalmente, sino lo que se puede externar desde el mismo ser. El cuidado del otro se expresa en la relación de coestar y coexistir con el otro, la enfermera de algún modo ejerce el cuidado en el otro, con el otro y para el otro.

Otro modo es el cuidado de su dimensión espiritual, que incluye estar bien con uno mismo, con los demás y con el medio ambiente, a través de la relación con lo divino ⁽⁷⁾, así como con la religión, la naturaleza, la solidaridad, el altruismo, o bien, la meditación, introspección y desarrollo de un equilibrio vital aunado las otras tres dimensiones de las que se compone. El cuidado espiritual es un modo de ser en donde el ser se conecta en un momento de contemplación con el ahí, buscando la autenticidad de su ser en el cuidado de los elementos sustanciales que le conforman para buscar su salud espiritual.

Lo anterior, sugiere que la analítica existencial culmina en el reconocimiento de la temporalidad como sentido ontológico del ser, es decir, que la persona tiene el conocimiento de la finitud de este mundo, así como de la temporalidad que se vive en el estar ahí, por lo que, en esa conciencia, el ser naturalmente busca la prolongación de su propia existencia mediante el cuidado.

Sin embargo, en la simplicidad del lenguaje, se pretende abordar un razonamiento profundamente amplio como lo es el Sorge, que Heidegger denomina con la estructura “pre-ser-se-ya-en”, y que además menciona que la unidad original de la estructura del Sorge reside en la temporalidad. Aunque esta temporalidad del ser es visualizada por el filósofo desde un plano diferente al que se podría pensar cómo pasado, presente o futuro, ya que, la temporalidad del ser abarca el “sí mismo” que a su vez se sustenta en el “yo soy sido”.

Aunado a esta parte del Sorge como cuidado del ser, se puede expandir al ser del otro, ya que, ciertamente, no puede ser netamente personal, puesto que la coexistencia de los seres en este mundo, se podría decir que es obligada de una u otra forma. Sin embargo, esta convivencia, deberá encontrar en el cuidado de sí mismo y del otro, ese equilibrio que tenga como resultado la prolongación de la existencia.

Por otro lado, este cuidado del ser para poder “ser en el mundo” puede visualizarse desde el cuidado alusivo a una actividad humana que va más allá del acercamiento al otro en un proceso patológico, implica a través de este enfoque el aspecto de “cuidar de” y “velar por”, siendo su ser antecesor a cualquier actitud humana, donde sin importar su papel en el mundo, comprenda la importancia del otro y participe sobre sus necesidades a partir del solo hecho de existir y tomar conciencia de ello.

Así mismo, este cuidado definido como la razón de ser de la disciplina de enfermería, establecido desde el inicio de los tiempos como una actividad primitiva “en el estar ahí” es una acción que permite la continuidad en el mundo partiendo del reconocimiento de la propia existencia y significados antes de suplir a quien lo requiere, estableciendo una conciencia propia y con cada aspecto que nos rodea, atendiendo a la idea de que “lo que el ser humano puede y llegue a ser es una obra del cuidado” .

El cuidado de la salud desde la fenomenología de Heidegger.

Por otro lado, la perspectiva del cuidado de la salud, que representa no sólo una extensión del cuidado del ser, sino una preocupación u ocupación de su ser, es una proyección de su ser hacia el mundo que le permite estar en bienestar la persona en si misma e incluso apoyada por otros seres profesionales o no, puede ser visualizada desde diferentes enfoques, pero dentro de lo que ya se ha ido profundizando en el ser de las personas, es desde la fenomenología que se puede encontrar aquello que esconde el ser en su cuidado de la salud.

Para poder encontrar aquello que se encuentra oculto en el ser fue necesario hacer un gran análisis y reflexión sobre la forma de hacerlo y es así como Heidegger logra desmembrar el abordaje de un fenómeno que no se muestra desde sí mismo, pero que se muestra desde lo que es visible.

Para Heidegger, la fenomenología explota la posibilidad que tiene el fenómeno de ser actualizado en la intuición, es decir, que dentro de este contexto se debe entender el fenómeno como lo que se puede traer a mostración y ser actualizado, además de actualizarse en la intuición ésta, prescribe nuevos horizontes indeterminados, nuevas notas de ese mismo fenómeno que pueden ser intuidas y a su vez renovadas en sí mismas.

Por lo tanto, el cuidado de la salud desde la fenomenología de Heidegger alude al abordaje de un fenómeno que puede ser constituido de diferente manera según la perspectiva de cada persona, de tal forma que, con ello, se da la posibilidad de ser actualizado una y otra vez, trayendo a mostración este cuidado desde cada ser, es decir, cada persona, cada paciente o cada objeto de cuidado.

Así mismo, desde el pensamiento de Heidegger, el cuidado de la salud desde la enfermería (como ciencia que cuida del otro) relaciona el trabajo y la forma de ser de cada profesional, con lo que se acerca a la forma ontológica de pensar del filósofo, puesto que el cuidado debe ir más allá del seguimiento de sus pacientes, construyendo una afinidad entre la enfermera y la persona a la que cuida. En este proceso las dos personas comprenden y aprenden a hacer puentes que conducen al desvelamiento del mundo de ambos, profundizando así la relación de cuidado.

Por otro lado, este cuidado de la salud, le permite al ser permanecer en el mundo y le permite prolongar su existencia, es decir, permanecer siendo el “ser-ahí”. Lo que se logra con el interés en los aspectos que rodean al ser y no solamente lo inmaterial, sino aquello que hace posible la prolongación del “ser en el mundo”, como lo es el cuidado biológico (en su cuerpo, en sus necesidades fisiológicas de alimentación, sueño y eliminación), así como aquello que permite llevar un cuidado indirecto de la salud social, emocional y espiritual (la economía, el desarrollo profesional, el progreso familiar, las metas alcanzadas, la generación de redes de apoyo, entre otras) ⁽¹¹⁾.

De tal manera que aquello que visiblemente se puede alcanzar, guarda lo que fenomenológicamente se develará, como aquello que representa o significa para el ser un cuidado de sí mismo, un cuidado con respecto a la salud, que visto desde el mundo, lógicamente en la generalidad permite la conservación de un existir, pero a su vez guarda una explicación más profunda, una razón o un significado que manifiesta lo que se ve, desde un motivo que no se ve.

Conclusión

En esta reflexión sobre el cuidado de la salud, se pudo desglosar desde la filosofía de Martin Heidegger, aquello que viene desde la percepción de cada persona y la razón innata de llevar a cabo este cuidado de manera consciente y en ocasiones de manera inconsciente, pero que culmina en la extensión de la vida de la persona en el mundo. Es decir, la existencia del ser es un estar ahí, pero al mismo tiempo esta existencia se da y se mantiene con el cuidado que el mismo ser se da a sí mismo y a los demás. Lo que el Heidegger llama, Sorge y que es vinculado con la temporalidad de la existencia del ser, preservando no solo la existencia del ser, sino también el sentido del estar ahí, cuidando de manera holística la salud y lograr así, la prolongación del existir que se mantiene como un objetivo del ser al sentirse acogido por este propio existir. Por lo que se recomienda realizar una exploración del cuidado de la salud en los individuos mediante la filosofía de Martin Heidegger, para con ello poder desarrollar de una manera más específica las condiciones y el abordaje del cuidado de la salud de las personas en la disciplina de enfermería, así como en el impulso del autocuidado de la salud.

Referencias

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References

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